martes, 8 de enero de 2013

SWEEZY "TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA"

CAPITULO VIII. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS.


El modelo de transacción capitalista D-M-D, introducido por Marx establece la posibilidad de que se produzcan crisis extraordinariamente complicadas. Si falla un comprador o un vendedor, se produce una crisis en cadena que puede afectar a toda la economía, ya que da lugar a que coexistan mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. En este sentido, cada productor ha producido más de lo que puede vender, provocando una crisis de sobreproducción. Hay que buscar las causas en la interrupción de la cadena compra-venta.

La ley de Say sostiene que no puede interrumpirse la circulación D-M-D, y que no puede haber crisis ni sobreproducción. Este es el error de los economistas clásicos: no distinguir entre el sistema de producción simple y el capitalista. Tienen la falsa idea de que la crisis y la sobreproducción son imposibles, que es la idea que Marx rechaza. Según él, en la cadena de compra-venta no se está obligado a comprar solo por haber vendido, produciéndose así la interrupción de la cadena y el posible origen de una crisis. Venta y compra son dos procesos diferentes y diferenciados en el espacio y el tiempo, teniendo sólo en común el dinero como elemento de transacción. Esto supone que uno puede fallar sin que el otro lo haga.

En la forma de circulación M-D-M propia del sistema de producción simple de mercancías, el propósito de cambio es el valor de uso y no el aumento del valor de cambio: es producción para el consumo. Pero en la forma D-M-D, tanto la “D” del principio como la “D” del final representan valor de cambio, y el objetivo es incrementar ese valor. Esto es lo que se quiere decir cuando se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia. Pero esto no significa que el modelo de circulación M-D-M deje de existir. Es erróneo pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia. Por lo que, ante la relación entre D-M-D y el problema de la crisis., hay que tener en cuenta que el interés del capitalista es elevar la tasa de ganancia (volumen del incremento de “D”, con relación a la magnitud de su capital original); mientras que en lo que referente a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías (la relativa al M-D-M) y el capitalismo (D-M-D), ya que las irrupciones de compra-venta afectan al proceso en los dos casos.
La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir. También puede ocurrir, que se produzca un descenso en dicha tasa y que los capitalistas reduzcan sus operaciones lo bastante como para producir una crisis. En estos momentos, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir capital a la circulación o conservarlo, aunque pronto tendrá que reinvertirlo para continuar siendo un capitalista.
Lo que ocurre es que ese aplazamiento del capital habrá producido ya una interrupción y provocado seguramente la sobreproducción y la crisis. Por tanto, no es verdad que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para producir una crisis; sólo con el descenso de ella puede ser suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.

Existen dos tipos de crisis: las relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de la ganancia y las crisis de realización (realización de valor). Los dos tipos plantean problemas diversos. En un caso, tiene que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema de valor. En el otro, está relacionado con fuerzas todavía no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías, en el sentido de ser insuficientes para comprarlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria.
El punto de partida en ambos casos es un descenso en la tasa de la ganancia; pero lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia, precisa un análisis muy diferente del que requiere lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en el otro.

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